Cuándo fue pez

Cárcel de cristal,

tan frágil,
que cualquier beso la quiebra,

tan inflexible,

que no le deja escapar.

Vueltas y más vueltas,

alrededor de sí misma,

alrededor de nada,

nada,

nada…

Y así no se ahoga entre sus pensamientos,

hundida en su monotonía,

en su vida monocromática,

en su monosilábica existencia,

de tú, tú,

y tú…

Ganas de ti

Hoy tengo ganas de ti,
ni de tu boca,
ni de tus manos,
ni de tu risa tonta,
ni de tus ojos pardos,
hoy...
Tengo ganas de ti...

Y dime...

Y dime,
¿Cuán largo pareció ese beso,

tiernas las caricias,

real ese deseo?

Ni un suspiro mide algo que dura un parpadeo.

Qué equivocada,

qué insignificante,

qué necia.

Qué abril más largo,

qué segundo más eterno.

Y así dejo que mi corazón razone,

por qué me alcanzó el invierno.

Corazón de papel

Caminan,
segundo a segundo los días,
convirtiéndose en meses.
Corren,
y me cogen de la mano.
Soy cometa en ésta vorágine de experiencias.
Corazón de papel ensuciado por la tinta de un mal poeta,
roto por la dejadez,
envejecido por el humo de un cigarro olvidado.
Siendo a la vez presente y pasado de quien no supo leer.

A veces, solo a veces...

A veces las mayores mentiras se dicen callando,

los mayores secretos se gritan en silencio

y las grandes ausencias se lloran riendo...

A veces, y sólo a veces,

tenemos la valentía necesaria para gritar gritando...
Pero sólo a veces...
Lo mismo ocurre al abrazar,

podemos abrazar sólo mirando,

incluso podemos mirar tocando pero a veces ni si quiera lo intentamos...
A veces, solo a veces...

Tiempo

Tengo que huír de aquí,
un día,
dos...
Y que el tiempo no me encuentre,
que hable nuestra complicidad,
que el silencio se vuelva idioma...
Hagamos,
que el viento de un suspiro meza nuestros destinos,
mientras tú,
velador de noches,
conviertes en madrugadas mis atardeceres...
Entre tus lineas escucho mi nombre,
y mi vergüenza enmudece,
ahora sí...
Ahora que te tengo,
que el reloj siga su camino...

Adoro...

Adoro nuestras noches.
Qué pena que duren tan poco,
qué pena que las horas mueran veloces como suspiros.
Pero qué placer observar tus sueños.

Como tú

Como tú...
Quiero que huela mi almohada,
quiero que sepa mi cuerpo,
que sienta mi alma...
Que el mundo sonría,
que la gente ame
como tú...
Quiero que un volcán susurre,
que las piedras griten
y se emocionen los peces,
que naden las mariposas
y la luna duerma una noche,
que el agua sepa,
como tú...
Ver las risas,
oír silencios,
que cualquier noche sea la nuestra,
cualquier sábana un refugio,
cualquier cama una trinchera,
y es que,
nadie hay como tú.

Otra vez...

Me siento, 
pienso, 
cómo sería besarte lento,
-otra vez-
rozar tu piel a escondidas,
-otra vez-
empezar a quererte de nuevo cada día...
Y es que,
me siento capaz de todo.
Sólo un segundo necesito,
para darme cuenta de que te debo tanto...
Y es que no aguanto sin ti,
ni unas sábanas huérfanas de tu cuerpo,
ni un eco sordo sin tu risa,
ni un abrazo sin tu piel...