3 de mayo de 2014

No quiero

Y así, de repente,
sentí tu pecho contra mi espalda,
tus manos en mis caderas,
tu aliento contra mi nuca,
y yo,
recitando la obra de Shakespeare.
Mientras me tatúas a besos intento vocalizar,
pero sólo consigo tartamudear Romeo y Julieta.
No puedo, así no puedo.
No puedo hablarte si no es con las manos,
no puedo respirar si no es contra tu boca,
sin entretejer tus labios y los míos.
No puedo y no quiero,
no quiero libertad si no es contigo,
yo no quiero volar si tu no estás,
no quiero ser algo más que amigos,
pero ser menos, tampoco me da igual.
Bésame,
tan solo bésame como lo haces,
haz que se me gaste la paciencia,
juega con mi inocencia,
que se me doblen las piernas y que tu aliento sea mi piel.
Porque no puedo dormir si no eres mi almohada,
no quiero temblar si no es a golpe de ti,
quiero que mi risa en tu boca muera ahogada,
quiero tu cuerpo cada noche junto a mí.
Yo sólo quiero que apellides mis febreros,
poder pedir tostadas para dos,
yo ya no quiero ser mujer florero,
quiero acabar los bailes por el suelo,
¿Y por qué no?
amarte como solo lo hago yo...

Te quiero...

"Te quiero",
si,
lo he dicho muchas veces,
de muchas formas,
si...
Pero nunca de alma a alma,
nunca después de un suspiro,
nunca debajo de agua,
entre chocolate,
ni mientras me lo haces lentamente...
He dicho "te quiero",
pero no besando una boca,
ni gastando tu espalda con mi lengua,
ni con la sensación de haberme vuelto loca...
He dicho "te quiero" tantas veces,
que hasta creí,
sólo eso,
creí...
He dicho "te quiero" en una carta,
en un mensaje,
en poesía...
¿En poesía?
No, en poesía no,
me ha confundido el "te quiero" que acabo de escupir al aire.
Quiero un "te quiero" animal,
o entre lágrimas,
no un "te quiero" porque sí, ni justificado,
ni que muera entre palabras...