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Y de repente, me di cuenta de que mis palabras eran mi recompensa, la recompensa a mi forma de sentir.

Y de repente, me vi libre y fui consciente de que podía volar de nuevo, de que mis alas estaban intactas, de que solo tenía que sacudirles los recuerdos que las cubrían de polvo.

Y de repente crecí, sin darme cuenta, sin bajarme del columpio, sin dejar de jugar.

Y de repente me encontré.

Me reconocí.

Me amé.

Fue de repente cuando descubrí, que mi mundo es tan pequeño que cualquiera puede ponerlo boca abajo, pero que yo era capaz de reconstruirlo una y mil veces, más grande, más fuerte, mejor.

Fue de repente.

Sentí que mi felicidad solo podía depender de mi, porque este es mi sueño, esta es mi vida y solo yo decido como continúa.



Porque todo sucede "de repente"... Gracias.

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